Una labor esencial de la Iglesia, como madre, es alimentar a sus hijos, nutrirlos con su enseñanza para que crezcan sanos y fuertes. En un mundo plural, donde se multiplican las opciones y se defienden todo tipo de posturas y de valores, el cristiano tiene que formarse, según sus capacidades y vocación, para poder adquirir una solidez en lo que cree, y para dar una respuesta a los interrogantes que se plantean, de manera que podamos evangelizar a cuantos nos rodean.

La formación no es sólo, una tarea infantil o juvenil para poner un fundamento de fe en una persona, sino que es una necesidad y exigencia de todo cristiano adulto que quiera poder ofrecer a los demás una vida cristiana madura. Consciente de ello, nuestra parroquia brinda la posibilidad de una formación para adultos que sientan la inquietud de madurar en su fe.

Este catecumenado de adultos busca estudiar diversos aspectos centrales de nuestra fe. Estos últimos años hemos estudiado las diversas partes del “Catecismo de la Iglesia Católica”, hemos profundizado en la Biblia, y hemos ahondado en la imagen de Dios que la misma nos ofrece.

Durante el año 2019-2020 profundizaremos en las parábolas evangélicas, siguiendo la dinámica del año pasado. En concreto, este año analizaremos las parábolas propias de san Lucas. Para ello, estamos contando con D. Fernando Morell, profesor de Sagrada Escritura.

Este catecumenado va dirigido a todos los cristianos a partir de los 18 años. No requiere ninguna cualificación especial, sino sólo el interés e inquietud por conocer mejor la fe. Aprovecharán más aquellos que puedan prepararse los textos previamente, pero pueden beneficiarse también aquellos que no puedan por cualquier motivo leer lo recomendado.

El catecumenado tiene lugar los viernes de 8’15 a 9’30 de la noche, desde noviembre hasta junio. Normalmente participan entre 15 y 20 personas.

Resumen: El catecumenado de adultos pretende fortalecer la fe y acrecentar la formación de los cristianos. Está dirigido a los mayores de 18 años, y se reúne los viernes de ocho y cuarto a nueve y cuarto de la noche en los Salones Parroquiales.