Aunque según algunas fuentes, Don Félix era natural de Aranjuez, sin embargo parece que vivió en Segovia, donde tenía al menos un hermano sacerdote, llamado Isidoro, párroco de Chañe en Segovia.

Fue nombrado párroco de Los Molinos en 26 de abril de 1941, y permaneció como tal hasta septiembre de 1947.

Fue quien adquirió el retablo de la Iglesia en un convento de Medina del Campo.

Hombre cercano y campechano, pero enérgico. Fue posteriormente nombrado canónigo de la catedral de Segovia.

Murió el 15 de agosto de 1961, 14 años después de su partida. Por el tiempo transcurrido, sorprendió que dejara a su muerte una herencia a la hermandad de San Sebastián, con la que se compró la talla del Santo que se venera actualmente en la Iglesia parroquial.