La historia de la parroquia Purísima Concepción de Los Molinos está vinculada indisolublemente a la historia de la Villa de Los Molinos.
Los Molinos localidad inserta en la Sierra de Guadarrama se sitúa al noroeste de la provincia de Madrid y a lo largo de los siglos ha pertenecido unas veces a Guadalajara y otras a Madrid y han sido sus montes y cañadas objeto de disputas entre madrileños y segovianos.
Independientemente del origen de sus primeros pobladores disputado entre segovianos y madrileños, Los Molinos parece ser un poblado de sierra de asentamiento en periodo de reconquista. Fundamentalmente dedicado a la ganadería pero que posiblemente deba su nombre a los molinos de agua asentados a la orilla del Guadarrama a su paso por la localidad. Aún sin tener referencias documentales se puede decir que perteneció desde finales del siglo XIV al Real de Manzanares que en 1475 pasaría a formar parte de la Casa Ducal del Infantado, nombramiento concedido por los Reyes Católicos a Diego Hurtado de Mendoza.
El Real de Manzanares se componía en su origen por la villa de Manzanares, residencia ocasional del Duque del Infantado y 19 lugares más entre los que se encuentra Los Molinos. Los habitantes de las villas pertenecientes a la Casa del Infantado se debían a su señorío, pero también se encontraban adscritos a un marco urbano de realengo, es decir al servicio de su majestad, autoridad jurisdiccional superior Los monarcas pertenecientes a la casa de Habsburgo, desde Felipe II, habían utilizado y se habían abastecido de los recursos humanos y productivos que ofrecía la población de Los Molinos y demás villas serranas. por ejemplo, para la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Los Molinos no fue una excepción debía atender las obligaciones que marcaba la Corona y la Casa del Infantado y está situación suponía una dependencia jurídica y socioeconómica. Los molestos traslados a Colmenar Viejo para solucionar los asuntos burocráticos y las desidias de los gestores motivaron el deseo de sus pobladores de ser independientes y el primer paso suponía independizarse de la villa de Guadarrama y conseguir su categorización como villa independiente. Lo que conseguiría por concesión real en el año 1666.
La reina Doña Mariana de Austria consorte de Felipe IV y regente durante la minoría de edad de su hijo Carlos II a partir de 166512 otorgó la condición de villazgo a Los Molinos.
La iglesia actual se erigió en 1570, y dependía de la parroquia de Guadarrama. El primer bautismo del que hay constancia se celebró en 1502. La iglesia de Los Molinos Empezó a apuntar los sacramentos en libros propios en el siglo XVII: El primer libro de difuntos se abrió el 6 de abril de 1599. El primer libro de cuentas fue abierto en 1601. El 12 de marzo de 1638 se abre el libro de matrimonios. El primer bautismo registrado en libro propio data del 17 de marzo de 1658. En estos libros el sacerdote que inscribe las partidas aparece con el apelativo de “cura teniente”, señal de que la iglesia todavía no era parroquial.
Sea cuando fuere que la iglesia de Los Molinos adquiriera el rango de parroquia independiente, hay constancia muy temprana de una intensa vida espiritual. Tenemos datos documentados de la aparición temprana de varias hermandades y cofradías.
Durante siglos los cristianos de Los Molinos vivieron en el humilde silencio de una vida de arduo trabajo y de pobres medios. Pero de honda piedad.
Entrado ya el siglo XX tendrán que afrontar los desastres de la guerra civil. En los inicios del conflicto fueron asesinados 11 feligreses y el párroco, don Alejandro de Castro. El proceso de canonización de este sacerdote ha superado ya la fase diocesana y se encuentra en el dicasterio para las causas de los santos.
Durante la contienda la iglesia fue usada como almacén de patatas y garaje, quedó con las pareces desnudas y en un estado lamentable.
Después de la guerra, buenos párrocos trabajaron con tesón en nuestro pueblo, con gran dedicación y no pocas dificultades. La reimplantación progresiva de las hermandades, la instalación de comunidades religiosas en el pueblo, y la fidelidad de muchos feligreses propició un resurgimiento de la fe en el pueblo.
En 1942 la iglesia se enriqueció con un retablo del siglo XVII, proveniente de un convento de Medina de Campo. Años después, por iniciativa de D. Eugenio, se amplio la iglesia, incorporándole dos brazos laterales, que pagó él de su propio bolsillo. La iglesia se fue enriqueciendo progresivamente con campanas, lámpara de forja, vidrieras… Hasta que en el año 2003 sufrió una reforma más profunda, que la mejoró notablemente.
Estos últimos años la vida parroquial ha sufrido un profundo cambio al compás del resto del pueblo. La antigua colonia de visitantes ha dado paso a muchos madrileños de origen que se han asentado de forma estable en Los Molinos o en algunas de sus urbanizaciones. Esto, unido a la amplia colonia de gallegos que están plenamente asentados en nuestro pueblo, hace que la composición de la feligresía sea más variopinta que nunca. Este es un dato que enriquece a la parroquia, aunque no está exento de retos.
La parroquia Purísima Concepción de Los Molinos sufre claramente la crisis del secularismo de la sociedad actual; si bien, gracias al enraizamiento de la fe, a la presencia de religiosos y a la vida de las hermandades, se conserva más fiel a la herencia cristiana recibida que otras parroquias de su entorno. Ojalá que la actual generación de cristianos sepamos honrar la rica tradición cristiana que hemos recibido de nuestros mayores.