La relevancia de la iglesia no está fundamentalmente en que el número de cristianos sea muy grande o en que cuente con muchos medios de evangelización; sino que su grandeza consiste en que los que la componemos vivamos profundamente nuestra vocación cristiana. Signo de esa vivencia profunda de la fe es la proliferación de dones y carismas que impulsan a los fieles a vivir vocaciones distintas, adaptadas a las necesidades de la Iglesia y del mundo. Nuestra parroquia es muy rica en cuanto a carismas y vocaciones. Entre estas vocaciones, tenemos la suerte de contar entre nosotros con un grupo nutrido de religiosos que son una referencia de radicalidad evangélica. Su sola presencia es un don inmenso para los cristianos de Los Molinos y un motivo de prosperidad material para nuestro pueblo.
Son ocho comunidades de religiosos que desde sus propias espiritualidades viven dedicados a Dios y a los demás. Estas comunidades están compuestas en muchos casos por personas que han dado su vida por el evangelio como misioneros, profesores y evangelizadores. La biografía de muchos de ellos es un orgullo para toda la Iglesia.
Además, en algunos casos, estos consagrados dedican su tiempo y colaboración de forma directa a tareas parroquiales como la distribución de la eucaristía en las misas, la visita a los ancianos y enfermos, la catequesis… Desde esta página Web queremos recordar a tantos religiosos y religiosas que no sólo hoy, sino también en el pasado, han apoyado la evangelización de nuestra parroquia desde ámbitos tan variados como el coro, la sacristía o el apoyo escolar, entre otros.
No obstante, no debemos olvidar que la mayor eficacia que los religiosos aportan a nuestra parroquia no es lo que hacen sino lo que son: una referencia de vida cristiana entregada totalmente a Dios y a los hermanos. Su oración silenciosa es uno de los tesoros que Dios ha concedido a nuestra comunidad.